Donald Trump y Jenniffer González: ¿será posible una relación económica efectiva?

Los ciudadanos esperan con ansiedad e interés los famosos primeros cien días de ambas administraciones (federal y estatal) que deben definir lo que debe ser un cuatrienio de desafíos a nivel global y local.

La afinidad ideológica de la gobernadora electa, Jenniffer González, con el presidente electo, Donald Trump (en la foto), podría ayudar a alinear las visiones del gobierno local con las del gobierno nacional, según el autor. (Evan Vucci)

Finalmente, el tema electoral y la agitación política que vivimos durante los pasados meses llegó a su final el pasado martes, 5 de noviembre, y hoy ya tenemos el nuevo mapa político-gubernamental claramente definido. Ha llegado el momento de que los gobiernos electos, el local y el nacional, comiencen a designar sus respectivos equipos de trabajo, y definir las acciones que llevarán a cabo a partir de enero del 2025.

Los ciudadanos esperan con ansiedad e interés los famosos primeros cien días de ambas administraciones (federal y estatal) que deben definir lo que debe ser un cuatrienio de desafíos a nivel global y local. En el plano internacional, habrá que ver si en efecto, la nueva administración Trump impone nuevos aranceles a China y México, lo que puede generar inflación en el mercado doméstico, y ver si la política exterior podrá finalizar los conflictos en Ucrania y Medio Oriente. En el plano doméstico, habrá que ver las medidas para cuadrar el presupuesto y contener el déficit fiscal.

Con el control de ambas cámaras legislativas debe haber entendidos para que la nación tenga un presupuesto formal, y hay grandes expectativas con respecto al desempeño económico y el aterrizaje suave de la economía. Los índices bursátiles alcanzaron niveles históricos luego de la victoria de Trump, como un augurio de que vislumbran un mejor manejo de la economía.

Los efectos de los potenciales recortes en el gasto federal

Como he planteado en otras columnas, a nivel local, el gobierno entrante tendrá como mayor desafío acelerar los trabajos de reconstrucción y optimizar el uso de los fondos federales asignados. Es una tragedia que solo se haya utilizado el 15% de los billones asignados a la isla para reparar la destrucción que provocó el huracán María en el 2017.

En este tema, corremos el riesgo de que ante los desastres provocados en el estado de la Florida y ante la falta de fondos que enfrenta la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), se utilicen fondos asignados a la isla para apoyar la reconstrucción de los desastres en ese estado. Mas allá de los fondos de reconstrucción asignados a la isla, uno de los puntos esenciales para el gobierno entrante es entender los serios retos fiscales que enfrenta el gobierno federal, con una deuda astronómica y un déficit fiscal de proporciones históricas.

La abrumadora victoria obtenida por los republicanos frente a los demócratas en las pasadas elecciones, les ha dado un mandato para implementar cambios radicales en muchos temas, incluyendo el tema fiscal, y por ende, no debe sorprender a nadie que se comienza a implementar recortes en gastos discrecionales como asistencia nutricional, salud y vivienda.

En esas áreas, anualmente Puerto Rico recibe cuantiosas asignaciones de dinero, que benefician a miles de ciudadanos de bajos ingresos y sostienen a las respectivas industrias. Puerto Rico recibe anualmente $15,068 millones en fondos discrecionales que son casi el 50% de las transferencias federales y que tiene un enorme efecto multiplicador en la economía. Urge tener planes de contingencia para mitigar los posibles efectos de recortes por parte de la nueva administración republicana, máxime cuando gran parte de las expectativas de crecimiento económico en la isla se han fundamentado en los fondos de reconstrucción y la sostenibilidad de las ayudas discrecionales.

Me preocupa grandemente que la ciudadanía, particularmente los sectores económicos mas necesitados, no estén preparados para posibles beneficios que hoy llegan de la capital federal, y los efectos en las industrias de alimentos, salud, vivienda y las universidades.

La importancia de alinear las políticas económicas locales a la visión republicana

La afinidad ideológica de la gobernadora electa Jennifer González con el nuevo presidente y el liderato congresional puede ser un activo en la medida en que las políticas económicas a ser implementadas localmente estén alineadas a esa visión republicana a cargo de la nación a partir del 2025. Esa visión es clara, promover la libertad económica y reducir barreras burocráticas que afecten el libre mercado. La visión republicana es fiel creyente de que es el sector privado y no el gobierno quien debe liderar el crecimiento económico. Habrá que ver si a nivel local podremos adecuarnos a esa visión económica. ¿Habrá voluntad para achicar el gobierno y acabar con el paternalismo gubernamental?

En “arroz y habichuelas” el gobierno entrante, tiene que acabar por una vez y por todas, con el problema anacrónico de la obtención de permisos para proveer eficiencia en los procesos de desarrollo. En segundo lugar, de la misma forma que los republicanos creen firmemente en la reducción de impuestos, la nueva administración tiene que buscar la manera de reducir las tasas impositivas e idealmente implementar una reforma contributiva con el apoyo de la Junta Fiscal.

En tercer lugar, los republicanos no son muy simpatizantes de la dependencia y el estado benefactor, y, por ende, el nuevo gobierno tiene una gran oportunidad para promover políticas económicas para que desalienten la dependencia en las ayudas sociales. Urge que el nuevo gobierno promueva la transición al trabajo de las personas hábiles para trabajar como una verdadera reforma social alineadas a la filosofía republicana.

En otros temas más complejos, pero importante, habrá que ver como el gobierno local armoniza las medidas para mitigar el Impuesto Mínimo Global a lo que decida la administración Trump con este tema, así como las estrategias locales para atraer a suelo norteamericano o a la región las operaciones de manufactura que hoy están en Asia.

En este nuevo ciclo de gobierno, tendremos posibilidades de éxito en la medida en que el gobierno local y los empresarios entiendan el nuevo entorno y enfoquemos la energía y las estrategias a las nuevas realidades políticas y económicas nacionales y globales.

Este artículo fue publicado originalmente en El Nuevo Dia.

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