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Puerto Rico se encuentra bajo la jurisdicción de Washington pero no forma parte formal de los 50 estados que componen los Estados Unidos de América. Por eso sus habitantes no tienen representación en el Colegio Electoral estadounidense. Sí participan en los comicios primarios presidenciales, donde se elige gobernador y legislatura local. Pero no pueden votar para presidente no tampoco elegir senadores y representantes para el Congreso en Washington.
El mismo martes 5 de noviembre que se llevaron a cabo los comicios presidenciales en EUA, Puerto Rico celebró sus propias elecciones generales, donde eligieron gobernador de la isla al comisionado residente, senadores, representantes y los alcaldes de sus 78 municipios. Y los resultados que se dieron pueden cambiar el rumbo del país.
Jennifer González, del oficialista Partido Nuevo Progresista, se llevó la mayoría de los votos y, según Ángel Carrión Tavárez, Director de Investigación y Política Pública del Instituto de Libertad Económica, a quien consultamos para esta edición especial de Mirada Sur, “No fue una sorpresa”. Su partido ganó también el Senado y la Cámara de Representantes.
Al respecto Ángel nos dijo que “Este resultado representa una oportunidad para la libertad económica en la Isla, dado que la administración entrante se comprometió por escrito en su programa de gobierno a "reducir y eliminar regulaciones y procesos burocráticos excesivos, para permitir que el sector privado y el mercado libre dicten la pauta y la dirección" del futuro económico de Puerto Rico. Esto es importante, ya que la Isla ha estado sujeta durante décadas al control estatal sobre los activos de producción y a una fuerte intervención gubernamental en el mercado. Esta situación ha generado distorsiones económicas que han desalentado la inversión privada, reducido el emprendimiento y limitado la competitividad y la innovación. Puerto Rico ha tenido históricamente un mercado laboral débil, baja participación en la fuerza laboral, alta dependencia de las transferencias federales de Estados Unidos y una migración sustancial que ha llevado a que en la actualidad haya más puertorriqueños en Estados Unidos que en Puerto Rico, algo que podría cambiar si el nuevo gobierno cumple su compromiso”.
Le preguntamos a Ángel qué significa para Puerto Rico la victoria de Trump.
“El significado no es claro en este momento. Por un lado, la gobernadora electa, Jennifer González, está afiliada al Partido Republicano y apoyó la candidatura de Trump. Además, ha sido comisionada residente de Puerto Rico ante el Congreso de Estados Unidos durante los últimos ocho años; en consecuencia, es conocida y tiene aliados políticos en Washington, D.C”.
“Por otro lado, la consigna del movimiento de Trump es Make America Great Again, y su discurso enfatiza poner a Estados Unidos primero. Puerto Rico es un territorio no incorporado que le pertenece a Estados Unidos, pero no es parte de él. Si, independientemente de esta realidad jurídica, Trump considerara a Puerto Rico como parte de Estados Unidos, el hecho de que el nuevo gobierno de la Isla sea republicano y lo haya apoyado podría resultar favorable para la Isla en la capital federal. En cualquier caso, lo que Puerto Rico necesita es un cambio histórico de política pública, que libere el potencial de su gente, dándole a cada persona la oportunidad de prosperar y contribuir al desarrollo de la sociedad puertorriqueña. Afortunadamente, esto no depende de la política industrial ni de los incentivos fiscales de Estados Unidos; es una acción que el gobierno electo de la Isla tendrá en sus manos”.
Este articulo fue originalmente publicado por Mirada Sur.