El BSN y el libre mercado

Este año hemos visto un resurgimiento del Baloncesto Superior Nacional (BSN), con las canchas llenas, alta tecnología y espectáculos antes y a medio tiempo como en la NBA. Esto coincide con la inversión privada de empresarios de Puerto Rico y Estados Unidos; una administración sana y competente; y contratos a refuerzos de alta calidad, exjugadores de la NBA. El resultado ha sido mayor competitividad y calidad deportiva, así como un crecimiento de la fanaticada en las canchas y las audiencias televisivas y radiales.

Dejen que el mercado local del BSN sea libre y verán como crecerá y se fortalecerá, y con ello, las personas en nuestra sociedad florecerán y prosperarán, señala Jorge L. Rodríguez. (Nahira Montcourt)

Los jugadores que han tenido contratos millonarios en la NBA no vendrían al BSN, si no fuera porque el acuerdo económico que tienen les resultara atractivo. ¿Este tipo de baloncelista de alto rendimiento vendría a jugar aquí por el tope salarial de $45,000 impuesto por el BSN? Por supuesto que no. Lo que he oído por ahí es que, para atraer a estos jugadores a nuestro baloncesto, hay que llegar a acomodos económicos extraoficiales que exceden —por mucho— el tope salarial de $45,000.

La sociedad puertorriqueña vive bajo instituciones de control centralizado y alta intromisión en los mercados; y el BSN no es la excepción. Esto causa una baja competitividad y que las personas deban eludir las regulaciones excesivas (como ocurre en la economía informal). El mercado tiene que ser lo suficientemente libre para que la inversión privada fluya y las personas que participan en él sean quienes tomen las decisiones y asuman las responsabilidades. Hay que dejar de “jugar a Dios” con el mercado.

Esta temporada del BSN ha dejado claro lo obvio. A medida que se traen atletas de alto rendimiento, la calidad aumenta y con ello, el respaldo de la fanaticada. ¿Por qué la administración del BSN impone un tope salarial tan bajo? Hay datos empíricos suficientes en el mercado del BSN para establecer un tope salarial que estimule la competitividad y se alinee con la realidad que el mercado ya ha definido de manera natural. Los inversores privados han visto que la fanaticada está ahí, dispuesta a pagar el valor real de un producto de calidad.

Hay que dejar que las decisiones las tomen quienes participan en el mercado (los inversionistas privados, la fanaticada, los empresarios mediáticos y los patrocinadores). Unos pocos administradores con el control central no toman mejores decisiones que muchos participantes en el mercado poniendo su dinero en juego. Mientras sigamos con controles centralizados que limiten el potencial y desarrollo de los seres humanos, seguiremos con prácticas elusivas e informales que no favorecen la sana competencia.

A más inversión, mayor competitividad. A más competitividad, mayor calidad. A más calidad, mayor disposición a pagar del cliente. A más disposición a pagar del cliente, mayor aumento en el retorno de la inversión. A más retorno de la inversión, mayor inversión aún. Dejen que el mercado local del BSN sea libre y verán como crecerá y se fortalecerá, y con ello, las personas en nuestra sociedad florecerán y prosperarán. Para muestra, un botón.

Esta pieza fue originalmente publicada en El Nuevo Dia.

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