
A pesar de la calidad de nuestros productos, muchos empresarios se enfrentan a procesos redundantes y lentos, que generan un ambiente poco amigable para el comercio exterior. Esto limita las posibilidades de emprendimientos con proyección internacional. (Getty image)
Puerto Rico tiene productos que el mundo desearía. Desde el café de nuestras fincas hasta servicios industriales, bienes culturales, textiles y tecnología emergente, nuestros empresarios han demostrado creatividad, disciplina y visión. Sin embargo, llevar un bien o servicio puertorriqueño al mercado internacional es más difícil de lo que debería ser. El verdadero obstáculo no es la falta de talento ni la falta de visión empresarial. Muchos puertorriqueños aspiran a emprender, por lo que, más que nunca, debemos eliminar regulaciones que dificultan no solo iniciar un negocio, sino también la exportación de bienes y servicios. Y cuando hablamos de exportar, no me refiero solo a Estados Unidos, sino a mercados internacionales como España, Colombia, Panamá y México, entre otros.
El problema está en la complejidad de las regulaciones y el exceso de trámites que dificultan la exportación. A pesar de la calidad de nuestros productos, muchos empresarios se enfrentan a procesos redundantes y lentos, que generan un ambiente poco amigable para el comercio exterior. Esto limita las posibilidades de emprendimientos con proyección internacional. A menudo, se piensa que exportar a mercados cercanos, como Florida o Nueva York, es suficiente. Si realmente queremos que Puerto Rico se inserte en los mercados internacionales, necesitamos ampliar nuestra visión y pensar en mercados más allá de los límites geográficos que hemos conocido por décadas.
¿Por qué no tenemos una presencia más fuerte en Europa, especialmente en España o en Latinoamérica? ¿Por qué no estamos aprovechando nuestra cercanía cultural y lingüística, esa hermandad hispana, con estos mercados? Los productos puertorriqueños tienen una historia y una calidad que los distingue, y existe un mercado para ellos. Pero, para acceder a esos mercados, necesitamos simplificar los procesos regulatorios y crear un entorno más ágil y eficiente.
Las pequeñas y medianas empresas son las más afectadas por la burocracia. Mientras que las grandes empresas pueden costear consultores y abogados para lidiar con la complejidad del sistema, muchos empresarios locales carecen de los recursos para hacerlo. La burocracia es una barrera económica que limita la capacidad de exportar y expandirse. Puerto Rico no necesita un programa más, sino una revisión profunda del entorno regulatorio. Necesitamos políticas de simplificación administrativa que hagan más fácil y directo el proceso de exportación. Desde la creación de una ventanilla única digital hasta la homologación de estándares internacionales que permitan un acceso más rápido a los mercados.
Además, el Gobierno debe facilitar, no obstaculizar, que las empresas que buscan expandirse internacionalmente puedan hacerlo. Los incentivos que se ofrezcan no deben ser subsidios masivos, sino instrumentos específicos que fomenten el desarrollo y los resultados medibles. Facilitar la exportación no es un lujo, sino una necesidad estratégica. Cada producto puertorriqueño que cruza fronteras representa empleo, capacidad y riqueza que regresa a nuestra Isla. No solo debemos reducir nuestra dependencia de la ayuda federal, sino fortalecer nuestra economía interna e insertarnos en el mundo. Puerto Rico tiene productos que el mundo puede valorar, solo hace falta la voluntad para remover las barreras.
David Benjamín Cruz de la Torre es un especialista en política pública con experiencia en análisis económico, economía del comportamiento y cooperación internacional. Es egresado de la Harris School of Public Policy, Universidad de Chicago y la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). Ha trabajado en iniciativas que promueven el desarrollo institucional, el fortalecimiento del sector productivo y la libertad económica. Actualmente se desempeña como coordinador de Estados Unidos para la Escuela Hispánica, un proyecto de la Fundación Fortius; y colabora en iniciativas orientadas al análisis riguroso de políticas, la facilitación de alianzas estratégicas y la implementación efectiva de proyectos con impacto económico.