
Foto: CATO Institute
Los representantes del sector de agentes inmobiliarios en Puerto Rico están preocupados estos días. Y eso es bueno.
La Gobernadora Jenniffer González Colón tiene la oportunidad de firmar un proyecto de ley de reciprocidad de licencias -casi idéntico a los adoptados por al menos 26 estados durante aproximadamente la última década- que permitiría a cualquier persona con una licencia en los EE.UU. continentales solicitar la misma licencia ocupacional si se trasladan a la Isla. Eso les permitiría saltarse la formación duplicada y evitar volver a hacer los mismos exámenes que ya han aprobado. El proyecto se aplica a más de 130 profesiones, desde médicos y enfermeros hasta electricistas y cosmetólogos.
Esa lista también incluye a los agentes inmobiliarios. Pero si usted es un agente de bienes raíces con la esperanza de mudarse a Puerto Rico y trabajar en un campo en el que ya tiene licencia dentro de los EE.UU., la Junta de Corredores, Vendedores y Empresas de Bienes Raíces ciertamente no le cubre las espaldas.
El presidente de esa organización, Miguel Mercado Ruiz, ha instado al gobernador a que no firme el proyecto de ley porque "Puerto Rico ya tiene un exceso de licencias. El mercado inmobiliario actual no puede soportar más profesionales. Esta ley sólo añadiría presión a un sector ya sobrecargado".
O, dicho de otro modo: Realmente no queremos tener que competir con los recién llegados a la Isla... y queremos que el Gobierno siga protegiendo nuestro cartel.
Puede que parezca que hay agentes inmobiliarios más que suficientes para satisfacer la demanda de compradores y vendedores de viviendas en la Isla. Pero, ¿por qué deberíamos confiar en que el gobierno lo sepa y tome esa decisión? El mercado resuelve mucho mejor estas cosas. Si hay demasiados agentes inmobiliarios, rápidamente se hará evidente para otros agentes inmobiliarios que estén considerando mudarse a Puerto Rico. Y tal vez simplemente no se muden allí como resultado, o lo hagan y se dediquen a otra cosa para ganarse la vida.
Mientras tanto, el planteamiento de vetar este proyecto de ley respaldado por Ruiz sería contraproducente. Vetar el proyecto de ley, como recomienda Ruiz, también cerraría la puerta a cientos de otras ocupaciones. Puerto Rico ha estado sufriendo una pérdida de población asombrosamente alta: una reducción de casi el 12% desde 2010. Para una isla que trata de enderezar el barco tras la bancarrota del gobierno impulsada por la deuda y la devastación del huracán María, empezar a reducir las barreras a la concesión de licencias es un paso pequeño pero importante hacia el futuro crecimiento económico y de la población.
Este articulo fue publicado originalmente en Ingles por CATO.