Libertad económica y crecimiento: la estrategia necesaria en Puerto Rico

La libertad económica permite a las naciones elevar su nivel de vida, salud, conocimiento, armonía multicultural, espíritu empresarial, competitividad, progreso social y democracia. Las tres primeras naciones líderes en libertad económica son Singapur, Suiza e Irlanda. Todas son ejemplos de crecimiento y creación de riqueza. Las peores son Venezuela, Cuba y Corea del Norte, que ocupan las posiciones 174, 175 y 176, respectivamente, con poblaciones empobrecidas y libertades limitadas.

El Instituto de Libertad Económica de Puerto Rico invitó recientemente a un foro en San Juan al economista chileno Axel Kaiser, quien comparó los 50 estados de Estados Unidos y Puerto Rico en puntuación de libertad económica. Nuestra isla ocupó el puesto 51, con 2.6, el nivel más bajo.

La libertad económica se afecta por los derechos de propiedad, permisos, licencias profesionales, controles de precio, leyes que obstaculizan la inversión y un sistema tributario con un impuesto sobre las ventas de 11.5%, impuestos personales con un 33% y de corporaciones de 37.5%.

Axel Kaiser afirmó que “si Puerto Rico fuera independiente de Estados Unidos, sería una catástrofe. Eso es lo que dicen los datos, lo que digo puede sonar duro, pero leo los datos y las cosas están muy mal”, escribe Francisco Rodríguez Castro. (Nahira Montcourt)

Kaiser afirmó que “si Puerto Rico fuera independiente de Estados Unidos, sería una catástrofe. Eso es lo que dicen los datos, lo que digo puede sonar duro, pero leo los datos y las cosas están muy mal”.

A raíz de los señalamientos de Kaiser es necesario preguntarse ¿cómo Puerto Rico puede mejorar su Índice de Libertad Económica? Nuestro país tiene que fortalecer los derechos de propiedad, creando leyes y reglamentos transparentes y seguros. Además, hay que mejorar la integridad del gobierno, aumentar la transparencia en los procesos de contratación pública y fomentar la denuncia de la corrupción. Por otro lado, es crítico hacer una reforma contributiva total bajando las tasas de los impuestos personales y corporativos.

También es necesario crear una ley de responsabilidad fiscal para limitar el gasto público y limitar la capacidad de tomar prestado. Urge dar prioridad a los servicios públicos esenciales y eliminar la mayoría de los permisos y racionalizar los requisitos creando un proceso automático de permisos y eliminar significativamente los permisos innecesarios.

Los cambios tienen que incluir eliminar las leyes de necesidad, conveniencia y distribución. Igualmente, es pertinente eliminar la mayoría de las licencias ocupacionales, los controles de precios para el transporte terrestre y permitir que el mercado regule los precios.

Por otro lado, en este momento es vital invertir en programas de formación profesional para abordar las necesidades específicas de la industria. La receta del cambio tiene que potenciar la educación de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.

La transformación debe incluir la creación de una gran red de apoyo para nuevas empresas y emprendedores a través de incubadoras y aceleradoras en toda la isla. Por ello, hay que legislar un plan de país a largo plazo con un enfoque en desarrollo económico con objetivos y términos específicos. Al aplicar eficazmente las acciones aquí desglosadas, podremos aumentar el Índice de Libertad Económica.

Y ¿qué impide a los políticos abrazar la libertad económica? Para naciones con un Índice de Libertad Económica alto, su per cápita es de $63,588. El de Puerto Rico es $22,419 o un 183.6% menos. Esos países tienen menos pobreza, calculada en un promedio de 6%. En Puerto Rico es 44.5%, equivalente a un 641% más y con un PIB de 2.6%.

La libertad económica libera el potencial humano, dándole a las personas el poder de tomar sus propias decisiones, controlando sus destinos.

Este artículo fue publicado originalmente en El Nuevo Dia.

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