La historia de dos pobres Puerto Ricos
Por Birling Capital Advisors
Como muchos de nuestros puertorriqueños que participaron y votaron en nuestras recientes primarias, algunos más que otros se sorprendieron de que el PNP escogiera a la Comisionada Residente Jennifer González sobre el Gobernador Pedro Pierluisi por un margen superlativo. El recuento final fue de 159,572, o 54.57%, para la Comisionada Residente González y 132,805, o 45.43%, para el Gobernador Pedro Pierluisi, una diferencia de 26,764 votos.
Estas elecciones marcaron la primera vez en la historia de Puerto Rico que un Gobernador en funciones pierde unas primarias de cualquier partido, y debemos recordar a todos nuestros lectores algo sobre lo que llevo escribiendo bastante tiempo. Hay dos Puerto Ricos distintos, cultural y económicamente, en cuanto a necesidades, servicios, percepción e incluso calidad de vida.
Algunas diferencias tienen que ver con las palabras; por ejemplo, en el suroeste de Puerto Rico, usamos la palabra "Empanadilla" para describir las empanadillas fritas rellenas de carne, pescado, concha y mucho más. En cambio, en el área metropolitana, se llaman "Pastelillo"; en el suroeste, un "Pastelillo" se vende en las panaderías son redondos y hechos de filo. En el suroeste, un "Vellón" se refiere a una moneda de diez céntimos, mientras que un "Vellón" en el área metropolitana es una moneda de cinco céntimos. La gente del área metropolitana se refiere, en mi opinión, a cualquier área que no sea la suya como "La Isla"; como nací y crecí en Ponce, este modismo, que encuentro despectivo y absurdo, pone de relieve las marcadas diferencias en una Isla de 100 por 35 millas de ancho.
Volviendo a las primarias y al hecho histórico de que un Gobernador en funciones perdió por primera vez en la historia, las primarias de su partido envían un mensaje fuerte y alto de que los asuntos críticos que afectan a todos los puertorriqueños no fueron tratados a satisfacción del votante.
Entre los temas críticos mencionados están la fragilidad de la red eléctrica, la condición de nuestras carreteras, la alta inflación, el ritmo glacial de la reconstrucción, la falta de libertad económica y la constante defensa de LUMA Energy; ya sea correcto o incorrecto, esto es lo que la mayoría de los votantes tenían en mente al votar. Al mismo tiempo que considero estas cuestiones, les escribo para hacerles saber que tenemos dos Puerto Ricos diferentes. Si tomáramos un mapa de Puerto Rico y trazáramos una línea imaginaria desde Manatí hasta Juana Díaz, nos daríamos cuenta de que el Puerto Rico situado al oeste de la línea imaginaria es pobre, con una elevada tasa de desempleo, escasos lugares de trabajo y muchos otros problemas. De hecho, el ingreso medio por hogar en el Oeste es tan bajo como $22,419, que es 28.14% por debajo del nivel de pobreza de los EE.UU. de $31,200.
Esto hace que los temas que los votantes reclaman sean críticos para ellos en cualquier proceso electoral. Sus necesidades difieren drásticamente de las del resto de Puerto Rico, lo que crea un abismo entre las necesidades de servicios y los mensajes de los funcionarios electos.
En cambio, en Puerto Rico, al este de la línea, la renta familiar media alcanza los 32,949 dólares, y en la zona de San Juan-Guaynabo, los 43,479 dólares.
Que sigue siendo pobre, pero está ligeramente por encima del umbral de pobreza. La zona de San Juan-Guaynabo está mejor posicionada económicamente, al menos sobre el papel.
A medida que nos embarcamos en este viaje de comprensión, vamos a pelar las capas de estadísticas y jerga económica para revelar las historias humanas en el corazón de este acuciante problema. Es hora de afrontar los retos de frente, armados con compasión y una determinación inquebrantable de crear un Puerto Rico más justo y equitativo para todos sus habitantes.
Este abismo en la desigualdad de ingresos proyecta una larga sombra sobre el potencial de Puerto Rico, creando una barrera al progreso para muchos residentes. A medida que profundizamos en este acuciante problema, debemos ir más allá de las meras estadísticas y la jerga económica para descubrir las historias humanas que impulsan estas cifras. Una cuestión clave que la mayoría de los políticos desconocen es la falta de libertad económica y sus causas perjudiciales para la economía de Puerto Rico.
La creciente división entre ricos y pobres ha dejado cicatrices duraderas en el espíritu colectivo del pueblo puertorriqueño. Sin embargo, este debate no pretende evocar la desesperación, sino ser un grito de guerra a favor de la compasión y la acción colectiva. Honrando la resistencia de los afectados y luchando por la unidad, la justicia y la prosperidad compartida, podemos construir un futuro mejor para Puerto Rico.
La desigualdad de ingresos es un problema socioeconómico mundial que afecta a individuos y comunidades. Este análisis compara cómo la falta de libertad económica crea una desigualdad de ingresos desproporcionada en Puerto Rico y decidimos compararla con la de los 50 estados de Estados Unidos, destacando los retos únicos a los que se enfrenta Puerto Rico.
Indicadores clave de falta de libertad económica y desigualdad de ingresos
- La falta de libertad económica de Puerto Rico: Puerto Rico ha sido clasificado en último lugar por segundo año consecutivo entre las 51 jurisdicciones de Estados Unidos en el informe Libertad Económica de Norteamérica 2023. Este estudio, publicado por el Instituto Fraser de Canadá, evalúa el grado de libertad económica de 93 gobiernos provinciales y estatales de Canadá, Estados Unidos y México.
El informe presenta índices subnacionales y más amplios que abarcan los tres países. En el índice subnacional de EE.UU., New Hampshire encabeza la lista con la puntuación más alta de libertad económica, de 7.96 sobre 10. Florida le sigue de cerca, con una puntuación de 7,96 sobre 10. Florida le sigue de cerca con una puntuación de 7.80. Tennessee (7.73), Texas (7.64) y Dakota del Sur (7.59) completan los cinco primeros puestos.
Por el contrario, Puerto Rico ocupa el último lugar con una puntuación de 2,85. Entre los estados, Nueva York tiene la puntuación más baja, 4,09, un 43% superior a la de Puerto Rico. Otros estados con puntuaciones bajas son California (4.27), Vermont (4.27), Oregón (4.56) y Hawai (4.58). Estas puntuaciones se derivan de los datos de 2021, el año más reciente para el que se dispone de información completa. La falta de libertad económica supera a los demás aspectos. - Coeficiente de Gini: Esta medida cuantifica la distribución de la renta en una escala de 0 (perfecta igualdad) a 1 (máxima desigualdad). El coeficiente de Gini de Puerto Rico es de aproximadamente 0.545, significativamente superior a la media estadounidense de 0.411. Este índice, un 24.58% superior, pone de manifiesto la marcada desigualdad de ingresos en la Isla.
- Índices de pobreza: La tasa de pobreza de Puerto Rico es alarmantemente alta, en torno al 43%, en comparación con la media estadounidense de aproximadamente el 11%, lo que supone un aumento del 290.9%. Esta estadística pone de relieve la grave disparidad económica dentro de Puerto Rico.
- Ingreso familiar medio: El ingreso familiar medio en Puerto Rico es de aproximadamente $22,419, significativamente más bajo que el promedio estadounidense de alrededor de $65,000, una diferencia de 189.9%. Esta enorme brecha de ingresos ilustra las luchas financieras a las que se enfrentan muchos puertorriqueños.
- Educación K-12 y disparidades de cualificación: El sistema educativo de Puerto Rico se enfrenta a importantes retos, como infraestructuras inadecuadas, materiales obsoletos y recursos limitados. Estos problemas se traducen en un menor rendimiento académico que en los EE.UU. continentales, como lo demuestran las puntuaciones más bajas en la Evaluación Nacional de Progreso Educativo (NAEP).
- Educación superior y tasas de graduación: Aunque Puerto Rico tiene una tasa de graduación más alta (52.2%) que la media de EE.UU. (46.4%), sólo el 27.4% de la población tiene un título universitario, frente al 53.7% en EE.UU. Esta tasa inferior del 51.05% en educación superior contribuye a una mayor desigualdad de ingresos.
- Impacto de los desastres naturales: La vulnerabilidad de Puerto Rico a los desastres naturales, como el huracán María en 2017, exacerba la desigualdad de ingresos al afectar desproporcionadamente a las comunidades vulnerables, dañar la infraestructura e interrumpir las actividades económicas.
- Fuga de cerebros: Desde el año 2000, Puerto Rico ha perdido 525,126 residentes, una disminución del 13.77%, debido a un fenómeno conocido como "fuga de cerebros." Las personas con talento se marchan en busca de mejores oportunidades en otros lugares, lo que se traduce en una pérdida significativa de capital humano y dificulta aún más los esfuerzos para hacer frente a la desigualdad de ingresos.
- Diversificación económica: Los esfuerzos para diversificar la economía de Puerto Rico más allá de su dependencia histórica de unas pocas industrias son cruciales. Fomentar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, promover la innovación y el espíritu empresarial, y atraer inversiones en sectores como las energías renovables, la tecnología y el turismo pueden crear más oportunidades de empleo y crecimiento económico.
- Reformas del mercado laboral: A pesar de una baja tasa de desempleo del 6%, la tasa de participación laboral en Puerto Rico es sólo del 45.1%. Reformar las políticas del mercado laboral para fomentar la búsqueda de empleo y reducir la dependencia de los fondos federales y las economías informales puede ayudar a abordar las disparidades de ingresos.
- Redes de seguridad social: Para mitigar el impacto de la desigualdad de ingresos es esencial implantar sólidas redes de seguridad social, que incluyan atención sanitaria, programas de asistencia social y viviendas asequibles. Actualmente, más del 44% de los puertorriqueños viven en la pobreza, y más de la mitad de los niños de la isla están afectados por ella.
La libertad económica es la clave para distribuir la riqueza en lugar de la pobreza
Un Puerto Rico con una fuerte libertad económica sería probablemente más rico debido a varios factores clave que contribuyen al crecimiento económico y la prosperidad. He aquí cómo la libertad económica puede conducir a una mayor riqueza:
- Ambiente de negocios: Una mayor libertad económica significa menos obstáculos normativos y menos impuestos, lo que facilita la creación y el funcionamiento de las empresas. Esto fomenta el espíritu empresarial, la creación de empleo y la innovación, lo que impulsa la actividad económica y la riqueza.
- Atracción de inversiones: Una economía más libre es más atractiva para los inversores nacionales y extranjeros. Con menos intervención gubernamental y política pública más predecibles, es más probable que los inversores comprometan capital, lo que se traduce en un mayor desarrollo económico, mejoras de las infraestructuras y avances tecnológicos.
- Asignación eficiente de recursos: La libertad económica permite que los mercados funcionen eficientemente, con precios impulsados por la oferta y la demanda en lugar de controles gubernamentales. Esto conduce a una mejor asignación de los recursos, mayor productividad y mejores resultados económicos.
- Competencia e innovación: La reducción de las barreras de entrada y la menor interferencia gubernamental fomentan la competencia. Los mercados competitivos impulsan a las empresas a innovar, mejorar productos y servicios y reducir precios, lo que beneficia a los consumidores y contribuye al crecimiento económico general.
- Flexibilidad del mercado laboral: Una mayor libertad económica suele incluir mercados laborales más flexibles. Esto significa que las empresas pueden contratar y gestionar a sus empleados de forma más eficaz, y los trabajadores pueden encontrar el empleo que mejor se adapte a sus capacidades, lo que se traduce en una mayor productividad e ingresos.
- Derechos de propiedad y Estado de Derecho: Una sólida protección de los derechos de propiedad y un sistema jurídico fiable son componentes fundamentales de la libertad económica. Estos elementos garantizan que los particulares y las empresas puedan invertir con seguridad en sus propiedades e innovaciones y beneficiarse de ellas, fomentando la estabilidad y el crecimiento económico a largo plazo.
- Oportunidades empresariales: Con menos barreras normativas, es más probable que las personas se lancen a la aventura empresarial. Esto no solo impulsa la creación de riqueza personal, sino que también contribuye a la diversificación económica y a la resiliencia.
- Eficiencia gubernamental: Un gobierno centrado en mantener la libertad económica es probable que funcione de forma más eficiente, con menores niveles de corrupción y despilfarro. Esto significa que los recursos públicos pueden asignarse mejor a servicios esenciales como la educación, la sanidad y las infraestructuras, apoyando así el desarrollo económico.
- Nivel de vida más alto: La libertad económica suele correlacionarse con mayores ingresos, mejores oportunidades de empleo y mejor acceso a bienes y servicios. Esto conduce a un mayor nivel y calidad de vida de la población.
En resumen, un Puerto Rico con una sólida libertad económica crearía un entorno propicio para el crecimiento empresarial, la inversión, la innovación y el funcionamiento eficiente del mercado. Estos factores impulsan colectivamente la prosperidad económica, mientras que abordar la desigualdad de ingresos en Puerto Rico requiere un enfoque multifacético.
Puerto Rico puede lograr una mayor equidad económica, estabilidad social y desarrollo sostenible centrándose en la diversificación económica, la reforma educativa, las reformas del mercado laboral y el fortalecimiento de las redes de seguridad social. Dar prioridad al crecimiento económico, las reformas fiscales progresivas, la gobernanza transparente y las inversiones en educación e infraestructuras pueden allanar el camino hacia un futuro más equitativo. Mediante estos esfuerzos combinados, Puerto Rico puede crear una sociedad en la que las oportunidades sean accesibles para todos y la desigualdad de ingresos se convierta en una reliquia del pasado.
Este articulo fue originalmente publicado en Ingles en The Weekly Journal.